El sabor de Småland

La provincia de Småland es conocida en toda Suecia por ser el corazón gastronómico del país. Y eso supera el nivel de las famosas albóndigas: un restaurante Michelín ofrece alta cocina innovadora à la Svenska, la hora del café se eleva aquí al arte de mayor calidad, y en un fantástico castillo se puede disfrutar de una cena aristocrática. Aquí mostramos 3 de los restaurantes más característicos de la ciudad de Växjö.

Gastronómicas
Comida innovadora en PM & Vänner

Comida innovadora en PM & Vänner

Estrella Michelín: PM & Vänner

Todo Suecia conoce PM & Vänner, un verdadero imperio gastronómico con 74 habitaciones de hotel, un restaurante de una estrella Michelín, un bistró, un bar y una panadería. Selva, agua y prado son los pilares del menú, con una selección de 5 o 9 platos y guisos como, por ejemplo, langostinos con escorzonera, champiñones con trufa y carne de cría de alce con setas de calabaza. El restaurante abre exclusivamente para cenas, pero el bistró ofrece un horario de apertura más amplio y cocina tradicional sueca (husmanskost) con un toque moderno.

Broqvist Konditori en 1920

Broqvist Konditori en 1920

Fika: la pausa para el café de un verdadero sueco

No hay nada más puramente sueco que el fika. En Växjö la gente se toma muy en serio la pausa para el café. 2 veces al día se realiza una pausa del trabajo y, además de café, también se sirve sobre la mesa sándwiches, galletas, pastelitos y panecillos de canela. Según los expertos, la pausa para el café en compañía constituye una de las razones por las que los suecos son más creativos, productivos y sufren menos estrés. Por lo general, los suecos la suelen hacer en la oficina, en el jardín o en la mesa de la cocina, pero los visitantes también pueden experimentarlo, por ejemplo en la pastelería más antigua de Suecia: Broqvist Konditori.

Una cena aristocrática en el Castillo de Teleborg

Una cena aristocrática en el Castillo de Teleborg

Cenar como el dueño de un castillo

Aunque parezca medieval, el Castillo de Teleborg no se construyó hasta 1900, como regalo de boda de un excéntrico conde a su cónyuge. El castillo de cuento de hadas, justo a las afueras del centro junto a la orilla del lago Trummen, es en nuestros días un hotel de lujo de 29 habitaciones. En el restaurante, decorado con mobiliario antiguo, clásicos suecos como crema de tupinambos, tartar de salmón y ternera estofada forman parte del menú. Es necesario reservar. En verano, en el jardín del castillo se abre una romántica cafetería, Brygghuset, con vistas al lago.

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