Hemingway estuvo aquí

Ernest Hemingway se enamoró instantáneamente de Cuba cuando llegó por mar a este lugar en 1932 para hacer un viaje de pesca. El ganador de los premios Nobel y Pulitzer deambuló por el mundo, de Chicago y Milán a París y Cayo Oeste, pero no pasó tanto tiempo en ningún lugar como aquí: vivió en Cuba durante casi un cuarto de siglo. Siguiendo la pista de la importación cubana más famosa.

Arte Y Cultura
Hotel Ambos MundosHotel Ambos Mundos

La primera casa de Hemingway: Hotel Ambos Mundos

Los oscuros pasillos del Hotel Ambos Mundos, inaugurado en 1925, destilan historia. Aquí vivió Hemingway durante siete años en la década de los 30 antes de tener su propia casa en Cuba. Escribió una de sus mejores novelas en la habitación 511: "Por quién doblan las campanas", que, en 1943, se llevó al cine con Gary Cooper e Ingrid Bergman. El bar del hotel, el estanque de las tortugas en el vestíbulo o la antigua caja de los ascensores siguen exactamente igual que en los días de Hemingway, y la cuenta que tenía en el bar está colgada en la pared. La habitación 511 se ha transformado en un museo en miniatura.

La BodeguitaLa Bodeguita

Los bares preferidos de Hemingway en La Habana

‘Mi mojito en La Bodeguita, mi daiquiri en El Floridita’: el dicho todavía cuelga de la pared de La Bodeguita del Medio, con la letra de Hemingway. El experto en bebida sabía exactamente dónde ir para encontrar el mejor mojito de la ciudad. Le encantaba beberlos en La Bodeguita, un pequeño bar que también visitaban el escritor Gabriel García Márquez y el poeta Pablo Neruda. Para su daiquiri, Hemingway iba a El Floridita. Ambos bares afirman haber inventado los cócteles respectivos.

Mesa de HemingwayMesa de Hemingway

Visitando a Hemingway: Finca Vigía

Martha Gellhorn, tercera mujer de Hemingway, se cansó de vivir en la habitación de un hotel. Por eso, buscó una casa de verdad: Finca Vigía. Hemingway vivió aquí durante 21 años. En esta casa, situada en una colina a 11 kilómetros de La Habana, escribió dos de sus novelas clásicas: "Islas en el golfo" y "El viejo y el mar". Después de que Hemingway dejara Cuba, Fidel Castro, gran admirador del escritor, transformó inmediatamente la casa en un museo.

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