El Atomium, símbolo de Bruselas

El Atomium, que integra el skyline de Bruselas desde su construcción en 1958 para la Exposición Universal, fue concebido inicialmente como un monumento temporal. Las nueve esferas gigantes de acero inoxidable forman una enorme molécula de cristal de hierro. Después de la Exposición Universal, los belgas se habían encariñado tanto con esta curiosa estructura que, finalmente, no la desmontaron. Desde entonces, el Atomium es a Bruselas lo que la Torre Eiffel es a París.

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Las esferas de Bruselas

De las nueve esferas del Atomium, no todas están abiertas al público. Tres de ellas están fuera de uso, una está alquilada y una quinta es una «esfera para niños» que solo abre para estudiantes en viajes de estudio. Los visitantes pueden acceder a las cuatro restantes por unas escaleras, unas escaleras mecánicas y un ascensor. El recorrido exhibe una exposición permanente sobre la historia del Atomium, entre otras cosas. La exposición «From symbol to icon» (Del símbolo al icono) transmite el sentimiento público de Bélgica hacia el Atomium a lo largo de los años. Poco después de su construcción, simbolizó el espíritu optimista de aquella época. Las personas veían un futuro dorado para la humanidad gracias al desarrollo de la ciencia. Sin embargo, esta estructura utópica fue deteriorándose hacia finales de la década de los 90. Desde su renovación en 2004, el monumento ha sido objeto de reformas para adaptarse a los parámetros de los tiempos modernos. Asimismo, ahora toda la iluminación es LED. Lo único que no se ha modificado es la función de la esfera superior como mirador, desde la cual los visitantes disfrutan de unas espectaculares vistas de la ciudad. En la época de la Exposición Universal, el ascensor que llevaba hasta la última planta era el más rápido del mundo. El tiempo ha pasado, y el récord actual lo tienen los rascacielos de Asia.

Experiencia gastronómica en las alturas: el restaurante del Atomium

Experiencia gastronómica en las alturas: el restaurante del Atomium

Gastronomía con vistas panorámicas

Normalmente, la experiencia gastronómica que ofrecen muchos locales turísticos no es algo de lo que se pueda presumir. Sin embargo, en el restaurante Belgium Taste, en la esfera superior, no solo las vistas son deliciosas, sino también la comida que sirven. Desde lo más alto de Bruselas, disfrutará de una excelente comida o cena compuesta por, por ejemplo, sopa de calabaza con ravioli de queso de cabra o bacalao sobre cama de risotto. El restaurante tiene también una amplia carta de vinos. Es necesario reservar para cenar.

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