Imponentes colecciones de arte
El castillo adquirió una dimensión cultural bajo el mandato de Ludovico Sforza, popularmente conocido como «Il Moro», conde de Milán a finales del siglo XV. Sforza contrató a artistas de la talla de Leonardo da Vinci, así como al afamado arquitecto Donato Bramante, para decorar el interior del castillo. Bajo el gobierno español y austriaco, la fortaleza estuvo principalmente destinada a funciones militares. De hecho, cuando cruce la puerta de 71 metros de altura y llegue al patio, se encontrará justo donde antaño tenía lugar la instrucción militar. Allá por el año 1900, la fortaleza pasó a ser fundamentalmente un recinto de museos. En ella encontrará cerca de 10 museos diferentes, todos ellos con colecciones de arte de un valor incalculable. Está al alcance de su mano por una entrada única de 3 euros.
Diseño italiano
Desde siempre, los italianos son conocidos por su gusto refinado y su sentido del diseño. Una de las salas exhibe mobiliario milanés de los siglos XV a XX. La colección comienza con muebles reales y eclesiásticos de los siglos XV y XVI, así como con mobiliario de estilo barroco con entarimado. Quedará impresionado ante las colecciones de arte de las familias nobles y adineradas. Asimismo, el museo esconde diseño contemporáneo, con piezas del afamado diseñador milanés Giò Ponti. No solo ha diseñado muebles y vajillas, sino también edificios: por ejemplo, los grandes almacenes Bijenkorf de Eindhoven, en los Países Bajos, lugar de origen de KLM.
Un hueco en la pared
Mientras va de un museo a otro, y de patio en patio, es probable que observe que en las paredes hay pequeños huecos. En ellos habitan muchas de las palomas que han hecho de la fortaleza su hogar. Originariamente, la función de estos huecos era sostener los andamios para las obras de mantenimiento, y esta sigue vigente hoy en día. Actualmente, la ciudad ha realizado una fuerte inversión para transformar el castillo en un edificio con el que Milán y sus habitantes puedan sentirse identificados.